Ramón Rosal Cortés

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Mi decisión de integrarme en el Movimiento de la Psicología Humanista quedó confirmada en el año 1980, en ocasión de la participación en el IV Congress of de European Association of Humanistic Psichology que tuvo lugar en Ginebra.  Aunque hacía ya cerca de veinte años que mis primeras lecturas de autores que luego supe que se encontraban en esa corriente me suscitaron un creciente interés.  Así me había ocurrido al leer los libros La naturaleza del prejuicio, y La personalidad, de Gordon Allport, en el año 1962.  También al quedar profundamente interesado con la lectura del libro de Ludwig von Bertalanffy, Teoría General de los Sistemas.  Este ilustre  biólogo y posteriormente filósofo de la ciencia había declarado su rechazo de las corrientes psicológicas que implicaban una postura reduccionista al explicar la conducta humana, y manifestaba su alegría al constatar el surgimiento de nuevas teorías psicológicas que respetaban la complejidad del ser humano, aludiendo explícitamente a autores de la entonces corriente humanista como Gordon Allport, Abraham Maslow y Charlotte Bühler, entre otros, que no caían en lo que él denominaba modelo de “hombre robot”.  Robot de unos pocos impulsos piscofisiológicos, o bien de los condicionamientos clásico y operante.  Este autor, que podría haber caído como muchos biólogos –al explicar los procesos psicológicos- en el reduccionismo biologista tan presente entre los psiquiatras, defendía, ya en los años sesenta del pasado siglo, que:

 

resulta necesario un nuevo modelo de hombre, y en verdad va surgiendo lentamente de tendencias recientes en psicología humanística y organísmica.  El hincapié en el lado creador de los seres humanos, en la importancia de las diferencias individuales […] todo esto y mucho más está implícito en el modelo de organismo activo (Bertalanffy, 1968).

 

Entre los psicólogos de la corriente fenomenológica –que junto con los existenciales fueron precursores de la corriente humanista- me resultó muy valiosa la obra de Philip Lersch La estructura de la personalidad.

 

Estudiando la psicología de la creatividad, descubrí a los iniciadores de la Psicología Humanista, Abraham Maslow, Carl Rogers, Rollo May y otros, y proyecté una tesis doctoral sobre la creatividad como tendencia psicológica y como valor ético.  Pero sintiéndome presionado para dedicar algún apartado de la tesis al conductista Skinner, y constatando el recelo que hacia esta corriente se daba entre el profesorado universitario de los años 70, decidí aplazar este trabajo y, en cambio, crear el Instituto Erich Fromm de Psicoterapia Integradora Humanista.

 

Por último, opté por no quedarme sólo en la lectura y pasar a la vivencia de la Psicología Humanista desde el punto de vista experiencial.  En aquella época venían a Barcelona algunos ingleses y norteamericanos que propagaban este tipo de psicoterapia.  Yo estuve realizando, a lo largo de dos años, una terapia grupal mensual intensiva (de quince horas cada encuentro) con Corinne Gledhill, una inglesa que integraba Análisis Transaccional con Bioenergética y Terapia de la Gestalt.  Más tarde asistí en Castelldefels a un encuentro de una semana con Carl Rogers, y luego a encuentros de formación vivencial con Val Gardfield, Muriel James, Claude Steiner y Marge Reddington, entre otros.  Junto a esas experiencias, la asistencia a los talleres de los diferentes congresos europeos a los que asistí me convencieron de que ese estilo experiencial, donde se combinaban ejercicios corporales y con la actividad imaginaria, etc. potenciaba la eficacia de una psicoterapia que sólo consistiera en hablar y escuchar empáticamente al otro.

 

Han pasado más de 55 años desde aquella primera lectura, y siento alegría por haber contribuido a la difusión de la Psicología Humanista en nuestro país, con la excelente colaboración de Ana Gimeno-Bayón, y colaboradores de nuestro Instituto. Como selección de logros puedo señalar los siguientes:

 

  1. Hace más de 45 años que fundamos el Instituto Eric Fromm, y más de 30 desde que acabamos de crear nuestro modelo de Psicoterapia Integradora Humanista. Es el primer modelo de psicoterapia original, de la corriente existencial-humanista, creado en nuestro país, desconociendo si hasta el momento existe algún otro (entendiendo el término modelo en sentido estricto).
  2. Se han atendido en nuestro Instituto, más de 4000 psicoterapias profundas.
  3. Hemos dirigido 26 promociones del Máster en Psicoterapia Integradora Humanista, aparte de numerosos programas monográficos.
  4. Hemos tenido excelentes colaboradores –todos ellos con nuestro Máster– en un ambiente de relaciones humanas cordiales y sinceras.
  5. Hemos publicado –Ana y yo– catorce libros sobre Psicología Humanista o Ética psicológica humanista (en la línea de Fromm). Otros dos han sido publicados por nuestros colaboradores Nathalie P. Lizeretti y David Alvear, y otro por un grupo del equipo (María Beltrán, Natalia Matas, Ana Padilla, Luís Rodríguez, junto con Ana y conmigo).
  6. Hemos presentado ponencias, comunicaciones o talleres en Congresos Europeos de Psicología Humanista en Ginebra, París, Guilford (Inglaterra), Bilbao y Barcelona.
  7. Hemos organizado –junto con otros dos centros-, y presentado ponencias y talleres en el I Congreso Nacional de Psicología Humanista (1981), y junto con la Universitat Ramon Llull, el III Congreso Nacional de Psicología Humanista (1998) y el I Congreso Internacional de Psicología y Psicoterapias Humanistas (2015) todos en Barcelona. Éste último a partir del Grupo de Trabajo de Psicoterapia Integradora Humanista creado en el COPC.
  8. Hemos promovido la creación de la Sección de Psicoterapias Humanistas en la FEAP, previa integración en ella de nuestra Asociación de Psicoterapia Integradora Humanista.

He cumplido ya 91 años y desde hace más de veinte me despedí de la práctica de la psicoterapia. Sigo colaborando en la docencia, la investigación, y la dirección de nuestro Instituto.

En esta etapa final de mi vida mis proyectos principales son:

 

a) Profundizar en la investigación antropológico-filosófica, psicológica y ética sobre actitudes humanizadoras o valores éticos, y seguir escribiendo sobre ello.

b) Asimismo, sobre experiencias y cosmovisiones que pueden ayudar a encontrar el sentido de la vida y evitar el peligro del vacío existencial. También sobre Psicología de las Espiritualidades religiosas, ateas o agnósticas.

c) Ofrecer orientación personal sobre cuestiones relacionadas con a) y b).

d) Estar atento a nuevas aportaciones sobre psicología de la creatividad y psicología de las imágenes y fantasía.